Cuando la niñita Miranda comenzó a percibir lo primero que le impactó fue el
Sol…los rayos esos desvalidos pero que el polvo que se veía dentro hacía mas viva la imagen de la importancia de este en su alma…se ponía bajo estos y se creia santa, o mística o por lo menos especial.


El Sol,y los “clientes” que llegaban a esa casa ;“el abuelo” , sentado en la escalera de entrada comia de su tarro que mi mamá le daba y calentaba, después Oscar León de la Rivera “cliente” venido a menos que supo hablar inglés, francés y cuanto idioma le sugirieran…el orgulloso de su pasado lo hacía revivir el saber que aún hablaba idiomas! y a la Miranda le daba pena pues veía en su mirada la vergüenza de este ser que seguro llegó a tener otra situación y seguro el trago lo llevó a perder…y ahora mendigaba para vivir…el colmo de los colmos para la chica…fue cuando se cambiaron a una casa , ya de sus padres, frente a un Regimiento , al lado de una casa extraña, donde había una Sra María que supuestamente cosía ,pero no, lo que hacia era llamar chicas para que los viejos que venían a su casa se “entretuvieran”, la nuestra era la casa de al lado y siempre tocaban el timbre, apuradas las ”entretenedoras” llegaban hasta el salón y recién allí preguntaban por la Sra María y salían corriendo…así crecí facinada por los hermosos caballos del regimiento Maturana…los que siendo bellos, cagaban y hedían como bellos y feos cuando cagan…mal. Pero despues de un tiempo nos, me acostumbré y ahora es un olor que me retrae a mi infancia…Les contaba que los “clientes” de mi madre (que no eran para nada los de la Sra María) la siguieron y allí también llegó uno de esos personajes que fue el que primero me dio (aun sin yo comprenderlo) la preocupación por los mas pobres…mas bien dicho fue con el que yo conocí la miseria…no era lo mismo Oscar Leon de la Rivera , o el abuelo, que este ser que para mi ,sordo conocido solo Bethoveen y por famoso y hermoso en esos bustos de bronce sobre los pianos de las tias…No tenía nada que ver “el Sordo” con L V Beethoveen…tenía que ver con la indigencia, la soledad y el desamparo…Yo era muy soberbia me creia, aun sabiendo que iba para gorda y patitas de alicate , una de las mas lindas…y como sabía que había otras mas lindas, trataba aparte de ser la mas inteligente y simpática…que terrible son los 12 años en una niña!…Mi madre, maestra


Práctica pero muy solidaria ya lo han podido ver en mi relato con esos sus “clientes”,
Llegaba a casa a corregir pruebas mientras yo elegía la letra que mas me gustara…bueno ella la Olga que era una recia maestra de la Esc,25 Rep del Líbano, su dulzura la manifestaba cuando cantaba y sobretodo cuando servía a sus “clientes”.


EL SORDO QUEDA CIEGO


Que vergüenza…llegar a casa con tus amigas del colegio , de señoritas y entre la mampara y la puerta en ese lugar un ”cliente” medio en bolas se viste, con ropa que mi mamá le da de baja a mi papá que ya no pelea por su camisa favorita ni por esos pantalones que guardaba…la Olga hace bañarse al “sordo”…en nuestro baño!…le da muda de ropa y lo hace vestirse en la única entrada de la casa!…Alego pero mi madre dice que no puede ir así mal oliente a la hospedería y menos al médico amigo que lo va a atender gratis pues además de sordo ya poco vé…sigo incensible y mi preocupacion era que dirian mis amiguitas del colegio…aun no caia del todo…tan insensible puede ser uno a los 12 años?…pero el Sordo cada ves mas ciego llega todos los dias a casa…mi mamá lo recibía y le ponía una mano en el hombro…y el reconocía ese gesto…y decía…Sra Olguita! Casi con voz de enamorado…y asi transcurren no se cuantos años…y el sordo está ciego completamente, el oculista amigo no pudo hacer nada…nadie puede hacer nada…solo la mano de mi mamá en su hombro. Para colmo en la hospedrería donde paga unos mangos por dormir tiene que dormir arriba de la ropa para que no le roben…y el sordo y ciego se pone violento, se siente agredido y dispara su bastón para todos lados como un pobre quijote contra molinos imaginarios…Allí empieza mi cuento…un día saliendo del Colegio Azul de las Monjas de María Auxiliadora…av Matta y Santa Rosa…saliamos arregladitas pues algunos chicos y “pololos” venían a buscarnos…Miro a la esquina… y que veo? El Sordo Ciego blandiendo palos pues debe haber creido que quienes lo ayudaban a atravesar la calle le iban a robar…trate de hacerme la que no lo conocía…pero era tanto el escándalo y lo que sufría él que me vestí de Juana de Arco, con armadura, no para que no me pegara sinó para que nadie me reconociera,muerta de vergüenza! La tonta caminé unos pasos y aguantando las miradas “acusadoras” de las chicas de medio pelo del colegio (pues en verdad no era un colegio tan exclusivo y menos en ese barrio) le chanté al Sordo, la mano en el hombro…me dijo un…”Señorita Olga”!! de Socorro y gracias que aún siento y camine a su lado varias cuadras hasta llevarlo a la casa y darle té con pan en la puerta…y ya no me importó lo que pensaran mis amigas ni nadie!…me había recibido de “persona.”