Cada vez que estaban cerca, sentía esa misma sensación, era de alegría y, de tristeza, todo junto, nunca pudo entender porque esos pájaros se ponían, locos cuando estaba cerca, le ha dado a través de la vida distintas, interpretaciones. Cuando paso la primera vez fue simple, estaba, vistiéndose en la cabañita, era primavera y recién había llovido, la, tierra olía a vida, el sol transparente brillaba en las pequeñas gotas de, rocío que pendían del naranjo, se juntaban y caían. La puerta ventana por, la que Isa miraba hacia fuera, tenia 12 vidrios…Recién volvía Ernesto del, baño cuando los vieron; dos zorzales uno primero y otro después que, chocaban con los vidrios trataban de entrar a la habitación, una, dos, tres veces…Esa vez Isa pensó que se habían reflejado y habían creído que, había mas espacio y otros zorzales. Salieron, Ernesto estaba asombrado, nunca antes había visto pájaros chocar contra los vidrios, además tantas, veces. Se fueron comentándolo, al Conservatorio donde el hacia clases de, armonía e Isa estudiaba canto.

Tres años después tras los oscuros días del golpe de estado en su país, y, estando ya lejos…en otro país otro episodio inquieto a la pareja…Estaban, en una vieja casita que la municipalidad de Nanterre les había conseguido, por algún tiempo (21,Rue Daniel Becker) seria demolida para construir, edificios modernos, está vez no estaba el naranjo en el patio, esta vez, fue un ciruelo, y dos almendros los que florecidos en el patio de la casa, eran testigos.

El bebe de tres años jugaba con el perro, Isa cocinaba mientras Ernesto, en el piano terminaba la música de un film…las cosas no andaban bien, el, amor, la magia que los había envuelto había sucumbido a la rutina, al, dolor, al exilio. Su lazo mas fuerte no era como en su país la pasión, el, amor ese a prueba de todo con el que hicieron al hijo! Lo que los unía era, un lazo grueso, pesado de dolor, era un amor grande pero denso, creían que, solo estaban ellos para defenderse, para sobrevivir, para salvarse…y así, vivieron creyendo que juntos podrían recuperar la vida de antes…cada uno, lo pensaba cuando en la ventana que daba a la sala del piano…chocaron 2, zorzales otra vez, varias veces…

Luego, cada uno hizo su vida, pasaron muchos años, muchos, Ernesto se, había quedado en Paris, tuvo dos hijos mas, maravillosos, su raíces de, amor lo anclaron a ese ciudad que le dio nuevas razones, nueva música, pero siempre fraguando desiertos con su pasado presente. Isa había vuelto, con su hijo, Ernesto quedo …Ya poco se veían , el lazo de dolor se suavizo, pero siguió siendo fuerte y de un amor distinto. Grande ya el hijo había, partido a vivir con su padre.

Recién habían estado hace pocos meses hablando del hijo, Ernesto volvía, con éxitos y muchos proyectos, uno de ellos, después de su “retraite”, con, mas tiempo, era vivir algunos meses en su tierra, Isa lo encontró muy, flaco, pero estaba bien, interesante con sus 65 anos, siempre acompañado, de una chica linda, joven cada vez mas joven, se rieron, cantaron, fueron, al teatro, al partido, se contaron sus historias como dos hermanos que se, encuentran después de muchos años. Eso fue en invierno en el Sur…y como, siempre después inevitablemente los capullos de las glicinas, los aromos, los pájaros vienen con la primavera tierna, dulce, pero con recuerdos, dolorosos, a Isa le encanta la primavera, se siente como zumbando, cree, que las abejas zumban porque están contentas. Justo cuando la primavera, volvía a tener sabor, olor y había guardado el dolor para convertirlo en, bronca primero y en trabajo después, llega una noticia.

Isa estaba produciendo en su partido un Seminario, a 33 anos de la UP, Septiembre 4, partiendo a Isla Negra, temprano en la mañana, suena el, celular, era su hijo, le avisaba -papa estaba con cáncer y es, fulminante-, no le queda mucho…era Septiembre casi primavera…Isa estaba en, la ventana de 12 vidrios, sintió mucho dolor. El otro lado del lazo se, moría, miro como caían unas gotitas de agua que se juntaban en las hojas, del naranjo…un ruido la distrajo…eran dos zorzales que chocaban contra la, ventana.